15 de mayo de 2012

Importancia de la recuperación de la Memoria Histórica



Importancia de la recuperación de la Memoria Histórica

La recuperación de la memoria histórica facilita poder vivir en verdad y desde la verdad y, en consecuencia, posibilita la salud mental de los individuos”
(Gaborit, 2006).

La importancia de la recuperación de la memoria histórica para la recuperación del tejido social y la exigibilidad de los derechos en el caso de las víctimas inocentes en la guerra contra el narcotráfico en México, radica en que este sería el primer paso en la reconstrucción social de nuestro país, teniendo en cuenta quiénes somos y las cosas que nos han sucedido. Debido a que en nuestro país la mentira institucionalizada siempre ha imperado en él, esta reconstrucción es muy valiosa, porque da lugar a una participación democrática y argumentativa sobre eventos y hechos que nunca deben de ser olvidados.


La psicología social nos enseña que la cognición social es el estudio de la manera en que la gente procesa la información social, en particular su codificación, almacenamiento, recuperación y aplicación en situaciones sociales (Franzoi, 2007). El trauma psicosocial es la concreción de la cognición social que los individuos viven como consecuencia de la violencia bélica, del conflicto armado. También es el resultado del carácter de la estructura social aberrantes en el psiquismo humano, ya que las cogniciones parten de la relación con otras personas, grupos y eventos; y aquellas caracterizadas por sentimientos, motivos, actitudes y valoraciones, que a la vez permiten configurar las interacciones y relaciones que entablan con otros. Dentro de la memoria histórica para aquellas personas que son victimas del conflicto armado, la tarea esta dirigida a sanar sus heridas reconstruyendo el pasado, reencontrándose en el presente nuevamente con la sociedad y con aquellos que les quitaron algo de sí, bajo un nuevo contexto, en donde son actores y autores de su realidad, es decir, tienen poder e identidad, produciendo lo que Martín Baró (1986) concibió como la acción en cuanto ideología, que a su vez permite nuevamente reconstruir su tejido social, un tejido social fragmentado por el conflicto, pero que a través de la memoria histórica permite reconstruir la historia, una historia que es colectiva y permite nuevamente construir identidades que trascienden de generación a generación ante sus vivencias(Martín-Baró, 1983).

Retomando lo que dice Martín Baró (1983), yo creo que la recuperación de la memoria histórica es sumamente importante, ya que esta nos da la posibilidad de alcanzar y vivir en verdad, lo cual permite a su vez la construcción de una identidad tanto individual como colectiva, fuera de las mentiras que ha emitido la historia oficial, intereses de quienes apuestan por el conflicto, y de las mismas victimas para lograr sobrevivir, por que se parte de crear algo propio de quienes comparten una historia y del respeto hacia su condición como seres humanos y lo que representa, que se sustenta en una normativa y en unos derechos universales, que aun más sustenta los principios de toda intervención psicosocial el bienestar asociado a la libertad, el reconocimiento y la justicia, para que jamás vuelva a repetirse la historia como un circulo vicioso.




Por lo dicho anteriormente considero que es necesario que los las víctimas del conflicto armado, realicen una memoria histórica que implique reconstruir el pasado en el presente con intencionalidad y con un propósito psicológico y social, es decir, debemos de reconstruir el pasado a través del recuerdo colectivo, que se centra en acontecimientos personales y sociales históricos.


En este sentido la reconstrucción de la memoria histórica tiene un valor especial para el pueblo de México, ya que en este país, actores y víctimas,  han vivido durante muchos años la injustica, impunidad, desigualdad y sufrimiento. 






La gente no se traumatiza sola, existen individuos y estructuras responsables por omisión o comisión y como atañen a un tejido social que ha sido vulnerado, la salud mental de los individuos en tales situaciones, depende de la reparación del corte social y político ( Martín Baró, 1986). Esa reparación debe empezar por la recuperación de la memoria histórica, la cual debe tener la intención de reparar los daños psicosociales de la sociedad causados por la mentira oficial, el discurso encubridor y el cinismo político. Queda claro que esta memoria no consiste principalmente en procesos de almacenamiento y recuperación de información o de imágenes del pasado, sino que implica de forma directa la re-significación de las mismas y la integración de esos recuerdos a la vida cotidiana personal y colectiva, y para esto, hay que tener claro que la memoria es sobre todo un acto social más que un contenido mental individual ( Franzoi, 2007).

Ante este panorama, lo primero que debemos hacer en México para la reconstrucción de la memoria histórica y su posterior tejido social para las personas victimas del conflicto armado, es establecer líneas donde las víctimas se atrevan a denunciar la verdad y puedan tener voz, sin miedo a represalias o venganzas de ningún tipo. Por eso considero importante dar a conocer a través de este trabajo, que en nuestro país contamos con el Centro de Derechos humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh) que desde su creación  por la Compañía de Jesús, en 1988, se ha planteado defender, promover e incidir en la vigencia y el respeto de los derechos humanos en el país. Como fruto de su compromiso, caracterizado fundamentalmente por la cercanía a las víctimas y la profesionalidad en la defensa y promoción de los derechos humanos, algunos logros relevantes del Prodh son:

Los procesos educativos que han reforzado la labor de grupos regionales
La presencia activa en diversas redes de organizaciones
La interlocución con instancias académicas y de investigación
La defensa de casos claves en los procesos de democratización y justicia en el país
Activismo, litigio y otras formas de participación exitosa ante instancias internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, los Comités y los mecanismos especiales de la Organización de las Naciones Unidas, como son los Relatores Especiales. De igual forma, el Centro Prodh colabora con
organizaciones no gubernamentales como Amnistía Internacional, la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos, Human Rights Watch, la Organización Mundial contra la Tortura, la Comisión Internacional de Juristas, el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL), entre otras.
En septiembre de 2001, el Centro Prodh recibió el Estatus Consultivo ante el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas. De igual manera, la institución es reconocida como Organización Acreditada ante la Organización de Estados Americanos.
La misión del Centro Prodh es promover y defender los derechos humanos de personas y colectivos excluidos o en situación de vulnerabilidad o de pobreza, para contribuir a la construcción de una sociedad más justa, equitativa y democrática, en la que se respete plenamente la dignidad humana.
Su visión es contribuir en la construcción de una sociedad más justa, equitativa y democrática, en la que se respeten plenamente todos los derechos humanos.




Narcotráfico, corrupción e impunidad


Como ya se dijo en este trabajo la crisis de seguridad pública en México se ha agravado enormemente con el inicio de la guerra contra los carteles del narcotráfico bajo la administración del presidente Calderón en el 2006. Esta situación ha resaltado las deficiencias ya existentes de un sistema de justicia débil y corrupta además de la impunidad de los abusos y violaciones de los derechos humanos por policías y militares mexicanos.  La población civil se siente acorralada en un cruce de fuego prácticamente indiscriminado. Se estima que más de 40,000 soldados están enfrascados en una guerra con grupos criminales armados con armas prácticamente de igual calibre que el ejército Mexicano, incluyendo misiles anti tanques y balas capaces de perforar vehículos blindados.




Dentro de esta terrible realidad existe un grupo de civiles, los cuales considero que son la población más  indefensa -ya que estos son objeto de toda clase de injusticias y vejaciones,  tanto por los grupos del narcotráfico, como por las autoridades mexicanas- Este grupo son los migrantes que intentan cruzar el país para llegar a la frontera norte.
migrantes centroamericanos, guatemala, el salvador, honduras, nicaragua

Miles de migrantes indocumentados intentan está odisea desde diferentes países de América Latina y de otros continentes.  Desafortunadamente los carteles han encontrado el secuestro y la tortura un negocio que provee mayor rentabilidad a su estructura de poder y corrupción que mantienen para el negocio de las drogas. 
Según la Oficina Regional de la ONU contra Drogas y Delitos, el tráfico de personas en México genera aproximadamente 6.6 billones de dólares anualmente
Como dice el padre Alejandro Solalinde que ayuda a estos migrantes a su paso por Sinaloa: “No hay que olvidar que se puede sacar mucho dinero de los pobres”, refiriéndose así al hecho de que los que los interceptan en su marcha hacia al norte primero les roban el dinero que llevan encima, o sea los ahorros del trabajo de ayer. Luego son torturados para que llamen a sus familiares o contactos en los Estados Unidos para obtener miles de dólares para su rescate. Otros son obligados a incorporarse a las organizaciones criminales, so pena de ser ejecutados si se niegan a ello.
El sacerdote Alejandro Solalinde Guerra.
En este contexto es que quiero exponer el caso de la Matanza de 72 migrantes en San Fernando Tamaulipas ya que este ilustra  la situación de marginación, discriminación e injusticia que  estas personas viven en su tortuoso paso por  México, personas expuestas a sufrir agresiones, secuestros y homicidios.

La Matanza de 72 migrantes en San Fernando, Tamaulipas.
El lunes, 26 de agosto del 2010, 72 migrantes de Centro y Sudamérica fueron encontrados ejecutados en el estado norteño de México, Tamaulipas, a solo 100 kilómetros de la frontera con EE. UU.
La historia fue publicada después que un ecuatoriano herido pedio ayuda de funcionarios en un puesto militar y dirigió al rancho donde ocurrió la masacre. El hombre dijo a la prensa Mexicana que fueron secuestrados por un grupo armada que se identificaron como los Zetas, uno de los carteles más poderosos y violentos en México, los cuales intentaron obligar a los  migrantes a ingresar como miembros de su organización criminal.
La matanza de los 72 migrantes en México atrapó la atención de la prensa internacional y evidenció el drama que viven los mexicanos en la supuesta guerra contra el narco que libra el presidente Calderón.


25 de agosto del 2010.
Se negaron a ser sicarios: "Los Zetas" los fusilaron.
Los 72 indocumentados asesinados en San Fernando, Tamaulipas, iban en un camión rumbo a Estados Unidos cuando fueron interceptados por un convoy de zetas . Varias camionetas, según el relato del único sobreviviente de lo que es la peor masacre por parte del crimen organizado, le cerraron el paso al vehículo en el que viajaban las víctimas y los hicieron bajar de él. Les advirtieron que eran Los Zetas.
Uno a uno, los 58 hombres y 14 mujeres, entre ellos menores de edad, fueron colocados contra la pared dentro de una bodega del rancho, señalan las primeras investigaciones.

Caravana de madres centroamericanas
Foto: EsMas.com/Daphne Vazquez


Les ofrecieron trabajo como sicarios, y como se negaron se dio la orden de asesinarlos a todos. Se les obligó a quedarse con la cabeza agachada y fueron fusilados con ráfagas de armas de alto poder. Al final, los asesinos remataron con el tiro de gracia a cada una de sus víctimas.
Entre los fusilados estaba un ciudadano Ecuador, quien se hizo pasar por muerto. El tiro final le entró, al parecer, por un extremo del cuello y salió por la mandíbula. Esperó ahí, tendido, hasta que los victimarios se fueron y pudo escapar. Él fue el único sobreviviente. Hasta el momento, lo que es un misterio, es cómo recorrió los casi 22 kilómetros que separan al sitio del punto donde hizo contacto con personal de la Armada de México al que pidió ayuda.
Al pedir auxilio, el testigo sobreviviente alcanzó a decir que “la matanza fue hace poco”. Narró que los maleantes les ofrecieron trabajo como sicarios, y que ganarían mil dólares a la quincena. Todos se resistieron y con el rechazo vino la masacre.
En principio, los marinos no le creyeron, ya que en otras ocasiones han sido emboscados con mentiras.



Eran cerca de las siete de la mañana del lunes cuando los marinos tuvieron contacto con él, quien balbuceaba que había más de 70 muertos en un rancho, pero los infantes de Marina lo tomaban con reserva. El jefe de la partida informó a sus superiores y se decidió hacer un reconocimiento aéreo en la zona y cuando se sobrevolaba fueron agredidos, lo que les hizo deducir que había indicios de que fuera verdad la masacre narrada por el sobreviviente.
Al caer la noche los infantes de Marina tuvieron que replegarse hacia Matamoros ante la posibilidad de una emboscada del grupo criminal de Los Zetas. El 27 de agosto por la mañana, con mayor personal y pertrechos llegaron hasta el rancho y descubrieron los 72 cuerpos dentro de una bodega de maíz abandonada. Estaban maniatados y con los ojos vendados.
Lo distante del rancho y lo inseguro de la zona hicieron que sólo hasta casi a la medianoche del 27 de agosto se tuviera completa la información de la masacre. Otros 70 marinos a bordo de vehículos con protección y armamento para enfrentar a los delincuentes se trasladaron hasta las inmediaciones del rancho donde se produjo un enfrentamiento en el que murieron un marino y tres criminales. En la acción se detuvo a un menor originario de Veracruz, quien habría participado en la matanza.
El sobreviviente comentó que había entre ellos gente que venía de Brasil, Ecuador, Costa Rica, Honduras, El Salvador y Guatemala. En el reporte sobre las víctimas se menciona que una de las 14 mujeres se encontraba en un avanzado estado de embarazo. La mayoría era gente joven y en edad productiva.
Una de las hipótesis sobre la masacre considera que los asesinos, presuntamente de Los Zetas, buscan enviar un mensaje de temor para quienes se resisten a trabajar para ellos o bajo sus órdenes, especialmente a los ilegales que cruzan hacia Estados Unidos.
Conclusión:
La oficina del presidente Felipe Calderón emitió una declaración expresando que la acción gubernamental contra los carteles les ha llevado a extorsionar y secuestrar a los migrantes como un mecanismo de financiación. Un informe nacional de La Comisión Nacional de los Derechos Humanos México documento el secuestro de 10.000 migrantes por los Zetas en un periodo de seis meses en 2009. Se estima que 500.000 inmigrantes latinoamericanos indocumentados cruzan la frontera México-Estados Unidos cada ano, según IPS. Este viaje está motivado por la búsqueda de oportunidades financieras y la movilidad social que expone a los migrantes a las vulnerabilidades incluyendo violaciones de los derechos humanos, la separación familiar, la enfermedad, y la muerte. Esta movilización es una consecuencia de la exclusión y la pobreza profundamente enraizada en América Latina y el fracaso de las instituciones nacionales e internacionales para crear un acceso a las oportunidades, servicios, y recursos para esta población especialmente vulnerable. Estas poblaciones se enfrentan a grandes redadas de inmigrantes, la negación de debido proceso de deportación, el aumento de los crímenes de odio y ataques como la masacre de Tamaulipas.
Los crimines cometidos por el narco, hacen a varios estados del país de los más violentos y peligrosos del planeta.  Muchos países recomiendan a sus conciudadanas evitar viajar a México.
Los narcocorridos y la cultura dedicada a exacerbar dichas actividades, muestran a un México bárbaro atrayendo a jóvenes y mujeres a entrar al mundo del narco, principalmente el narcomenudeo a fin de hacerlas sentir en cierto grado de poder gracias a la posesión de armas de fuego y dinero esto ante la pobreza e ignorancia de muchas personas y la impunidad de la justicia mexicana.



La pobreza, el desempleo, la corrupción y la impunidad son uno de los factores más imperantes en la multiplicación del narcotráfico. El comercio de sustancias prohibidas resulta un negocio atractivo debido a que es una forma fácil y rápida de obtener ingresos. De lo que no se dan cuenta quienes se integran a esta actividad es que hay consecuencias a corto plazo: pueden caer en la adicción; los que manejan el mercado son redes mafiosas que permiten entrar, pero no salir y, al ser un negocio ilegal siempre están expuestos a caer en manos de la justicia. A pesar de todo esto, los cárteles mexicanos de la droga forman parte de los más poderosos del mundo y su fuerza económica ha corrompido a funcionarios, policías y aun miembros del ejército, lo que explica en gran parte su crecimiento y poder.
El reto del combate al narcotráfico no es nada fácil de enfrentar. Las opiniones van desde la guerra sin cuartel a los traficantes y productores de drogas, hasta la legalización de esas sustancias. El hecho es que mientras exista demanda interna y externa, será muy difícil hacer desaparecer este comercio.
Ante la terrible realidad que vivimos os mexicanos, no podemos dejar de preguntarnos: ¿Es posible acabar con la violencia? ¿Con el tráfico de drogas? ¿Con la impunidad e injusticia? ¿Crear mecanismos para frenar el lavado de dinero? ¿Involucrar a los demás países para que la guerra contra el crimen se convierta en un asunto de intereses y estrategias regionales, en vez de locales? Yo creo que todos tenemos, en mayor o menor medida, una respuesta a las preguntas anteriores. Desde los que creen que la guerra frontal era la única opción, hasta los que atribuyen toda la responsabilidad presidente de la República. Y entre los extremos tenemos toda una gama de opiniones: policía única, legalización, reformas constitucionales, etc. Cada cierto tiempo se discute alguna de las supuestas soluciones, los medios recogen el tema de moda, algún político da su opinión, y a los pocos días es olvidada. El gobierno sigue con su estrategia, sin variarla en absoluto, y así llevamos ya 60 mil muertos.
Sin embargo, este gobierno pronto terminará, y algo tendrá que pasar con esta guerra. El próximo Presidente deberá decidir qué hará con el legado de esta realidad histórica, y muy probablemente su sucesor tendrá que hacer lo mismo. Es un problema a largo plazo, que no puede solucionarse con medidas coyunturales.
Yo esperaría que quienes pretenden gobernarnos a partir de 2012 tengan, desde ahora, una idea bien definida sobre cuáles serán los diferentes escenarios a los que se tendrán que enfrentar, y cómo solucionar las preguntas planteadas anteriormente. Esta previsión es lo menos que podríamos esperar de quien desea, seriamente, ser presidente.
Como mexicanos debemos recuperar nuestra memoria histórica y luchar contra el silencio encubridor del gobierno ( sea del partido que fuere) y no permitir al gobierno imponernos una “versión oficial” de los hechos que distorsione  o ignore los aspectos cruciales de nuestra realidad. Debemos de luchar contra la violencia y el fatalismo imperante de nuestra nación y creer que otro México es posible.
¡Viva México cabrones!

En memoria a los 72 migrantes muertos:



Referencias Bibliográficas:

v Página Web del SIDIDH (Sistema Integral de Información de los Derechos Humanos), recuperado el 28 de abril del 2012 en: http://centroprodh.org.mx/sididh_2_0_alfa/?p=14803

v Página Web Discovery Channel. Recuperado el 28 de abril del 2012 en: http://www.tudiscovery.com/imagenes/galleries/la-ruta-de-la-muerte/


v Periódico El Universal. Recuperado el 10 de mayo de 2012 en: http://www.eluniversal.com.mx/notas/704905.html

v Periódico La Vanguardia. Recuperado el 10 de mayo de 2012 en: http://www.vanguardia.com.mx/matanzaensanfernandoaunesperanasusfamiliares-1075977.html


v Franzoi, S. (2007). Psicología Social. México D.F, México: Mc Graw Hill.

v Gaborit, M. (2006), Memorias de la Cátedra Internacional Ignacio Martín Baró, Recordar para vivir: El papel de la memoria dolorida en la transformación del imaginario social y de la identidad. Pontificia Universidad Javeriana Bogotá. (2006)


v Martín-Baró (1986). Hacia una Psicología de la liberación. Boletín de Psicología, No. 22, 219-231, en I. Martín-Baró, Psicología de la liberación. Departamento de Psicología
Universidad Centroamericana
"José Simeón Cañas" (UCA). San Salvador, El Salvador: UCA Editores.

v Martín-Baró, I. (1983). Acción e ideología. Psicología social desde Centroamérica. San Salvador, El Salvador: UCA Editores.